jueves, 11 de junio de 2009

La historia de un final IV

Cuando Clara llegó al departamento, no se encontró exactamente con lo que querés ver a las tres de la mañana en el piso de tu cocina. Vió a su amiga, tendida en el piso, con una botella de Vodka al lado suyo. Inconsciente y con serios cortes en diferentes zonas de la cara.
Tardó en volver en sí. Lo primero que sintió fue un calor extremo, comparado con el frió intenso que había sentido horas atrás. Vió la cara de su amiga, vio un gesto de preocupación importante y decidió fingir parecer lo menos preocupante posible. Pero, ¿Como podía?.
Como era de suponer, Clara le pidió expoliación por lo ocurrido.
"Es la realidad Clara" La primer gota cálida que sentía en días "Me dejó, me dejó por otra, me dejó por otra que es mi amiga. Y yo no sé como hacer para salir adelante. No lo sé realmente, lo único que veo en estos momentos es desesperación. Lloro, por que no puedo hacer otra cosa. En estos momentos mi pasado y presente son  tan negros que tiñen mi futuro" Explicó bañada en lágrimas.
"Sabes que?" Dijo Clara "Reite. Reite de lo que te pasó, de el, de todo, reite de todo." Sabias palabras, verdad pero no era el momento justo para oírlas.
"Me estas escuchando Clara?, te estoy diciendo que no tengo ganas de reírme. Que decís ?" Contestó bastante furiosa.
"Y que vas a hacer eh? encerrarte en mi casa, esperando a que venga arrastrándose de rodillas pidiéndote perdón? No seas ridícula"
"Mala idea no es... Pero no. Planeaba quedarme encerrada hasta..- Dudó- Bueno no sé, no quiero pensar esto ahora, estoy cansada. Quiero dormir..."
"Esta bien, dormí hoy, pero mañana-"
"Mañana se verá" La interrumpió "Por ahora quiero dormir... Y no despertar" Terminando su frase con voz casi inaudible."No seas melodramática, queres?" concluyó su amiga dirijiendose a la puerta, riendo por lo bajo.
Y así Clara apagó la luz y cerró la puerta.

La historia de un final III

La realidad, llegó. Mas temprano de lo que le hubiese gustado. Esta vez el dolor no era simplemente interno, esta vez el dolor estaba presente en cada fibra de su cuerpo.Sentía unas irrefrenables ganas de morir, acompañado con una sed de venganza inexplicables. Los pensamientos de esa noche, no eran los que suele tener una persona normal.Y aunque el oscuros, oscuros pensamientos recorrieron varias veces su mente, no fue lo suficientemente valiente para llevarlos  acabo y terminar con su dolor. Tenía la idea de que la vida ya no valía la pena, y que cada entrada de aire a sus pulmones la acercaba un paso más a ese dolor insoportable que sentía. Las voces que escuchaba, y lo que decían, no estaban ayudando a su situación. Golpeó con fuerza su cabeza, con la frustrada esperanza de que se callaran.Pero fue peor. Ahora escuchaba voces que con claridad daban sus mensajes. Golpeó otra y otra vez su cabeza, hasta que paso lo que inevitablemente sucede si te golpeas tu cabeza contra una pared de concreto. Cayó al piso y, apagón total.

La historia de un final II

Una vez sentada en el asiento número 21V del micro. Su cerebro se paralizó, simplemente no podía unir los hechos, las cosas no tenían mucho sentido para ella en ese momento. Mezcla de temor, odio, confusión, sorpresa, traición, eran muchas emociones para una sola persona. Demasiadas. No podía darse cuenta de las circunstancias, o no quería.
Sintió el dolor que llegaba, sentía la realidad golpearle la puerta. En ese instante de desaparición, en el que sentía miedo por lo que pudiera pasar si la realidad la encontraba sola, y huyendo de su pasado y de ella misma.
El micro llegó. Desesperada, tomo sus cosas y decidió fugarse a la casa de su amiga, Clara. Caminó hacia el departamento de Clara, con sus valijas en las manos. La lluvia la empapó completamente y ella no distinguía ya si eran lágrimas o gotas de lluvia.
Esa noche Clara no estaba en casa, tan conveniente... Pero si, una alacena llena de todo tipo de alcoholes. Tuvo pánico a quedarse quieta y sentirse sola, por que sabía que la realidad estaba llegando, esa realidad que la venía persiguiendo hace casi 24 horas, perversamente ansiosa de zambullirse en su mente.
Pensó que si la realidad decidía golpearla, iba a estar preparada: tomo una botella transparente con la etiqueta de "Vodka", sin tener una real noción de lo que hacía. Pero antes de poder tomar una gota, la realidad la golpeó en la cara, y la golpeó fuerte, la golpeo tan fuerte como nunca nadie, ni su padre, lo había hecho.

martes, 9 de junio de 2009

La historia de un final.

Lo sucedido recientemente la había forjado a un maduramiento prematuro y casi repentino. La vida le golpeo la cara, y no hubo tiempo para replicas. Sin tiempo ni para de llorar empezó a caminar, sin destino, con la cruda esperanza de dejar el dolor atrás.
"¿Como se puede vivir con los ojos ciegos por tanto tiempo? No hay posibilidad de volver el tiempo atrás.No, definitivamente no existe esa posibilidad." pensó. No había lugar en ella para el perdón, para ni para el remordimiento, ni el arrepentimiento.
"Hacia donde viaja?" Le pregunto el señor que vendía los boletos con una sonrisa que se borró al ver las lágrimas en su cara. Sumergida en sus pensamientos, le pareció bastante patético verlo sonreirle tan amablemente en su cara, como burlándose de su situación.
"A..." El nudo en su garganta, la tomo casi tan de sorpresa como lo ocurrido, simplemente no pudo hablar. El recuerdo la perseguiría para siempre, sin importar a donde se fuera.Pero no había otra opción, se TENIA que ir. "A Baradero, por favor"
"Se encuentra bien señora?" Pregunto el señor, como si la lastima de un desconosido la ayudara a reponerse de los hechos.Simplemente patético.Sin responderle, quizás por no poder hablar, o por cortesía de no mandarlo por donde vino, continuo con su plan de escape.
Tomó los boletos y  subió al micro.

Dueño NO vende

Se sentía el escudo de lo que alguna vez había sido una mujer débil e indefensa. Se sentía completamente dueño de cada rincón de su cuerpo y alma. No podía siquiera imaginarla besando a otro, la simple idea le parecía estúpida  ¿por que buscaría en otros lo que tiene en casa? En algunas ocasiones sus celos le impedían pensar claramente, quizás por inseguridad, quizás por demencia. Veía señales de infidelidad en cada momento. No podía soportarlo, ¿como podría cambiar a una persona que tiene todo para ofrecer por una simple aventura? Era insoportable la idea de que su posesión, su más valiosa posesión se estuviera yendo. No podía tolerarlo. Conversaciones secretas, llamadas, mentiras. No era posible, que otro hombre disfrutara de SU tesoro. Tenía que ser todo una mala broma de su inconsciente ¿Quien podría ser tan infeliz de tomar lo ajeno y disfrutarlo bajo su nariz?