De repente, como sin razón lógica, se me dio por mirar fotos, fotos viejas (muy viejas) que por lo general me traen recuerdos. Para ser completamente sincera, debo confesar que eran muy especificas los álbums que elegía. Sin aviso un montón de recuerdos que ya había superado me azotarón otra vez. Déjeme decirle doctor, que expresarle esto a un tercero no me es fácil en lo absoluto y que ponerle palabras a este sentimiento me llena los ojos de lágrimas sin que yo quiera.
Pero a pesar de la gran confusión que me invadió desprevenida, seguí adelante, solo para darme cuenta que con el correr de los días crecía más y más adentro mio, como un pequeñisimo monstruo de bolsillo (metafora que me dio un libro que leí en la primaria).
Así llegue al cuarto día, sin sentirme bien del todo pero superándolo con una sonrisa. Hoy, quise explicarle a una amiga cercana que no me encontraba bien y que había estado mirando fotos y todo lo que ya le conté recién. Esta quizo encontrarle una expoliación, tanto como yo había tratado anteriormente. Haciendo cuenta del tiempo que había pasado, de los cambio que ofrece la vida, de los caminos que uno elige, miré el calendario y así, en una fracción de segundo... Un baldaso de agua fría me cayó sobre la cabeza y recorrió cada fibra de mi cuerpo para terminar en un aterrador escalofrío. Al mirar el calendario, al darme cuanta y tomar consciencia de la fecha, el aliento decidió retirarse por unos instantes, el tiempo decidió tomarse unas cortas vacaciones, todo lo que no fuera ese cuadradito blanco que marcaba un 10 tan desagradable que me quedó tan marcado se volvió muy borroso. Casi mas rápido de lo que viaja el sonido, mis ojos se humedecieron. Y lloré.
Vera doctor, no me llena de orgullo contarle mi historia, pero si creo que me alivia y es por eso que la cuento.
¿Que opina usted doctor?
Vera doctor, no me llena de orgullo contarle mi historia, pero si creo que me alivia y es por eso que la cuento.
¿Que opina usted doctor?