martes, 9 de junio de 2009

La historia de un final.

Lo sucedido recientemente la había forjado a un maduramiento prematuro y casi repentino. La vida le golpeo la cara, y no hubo tiempo para replicas. Sin tiempo ni para de llorar empezó a caminar, sin destino, con la cruda esperanza de dejar el dolor atrás.
"¿Como se puede vivir con los ojos ciegos por tanto tiempo? No hay posibilidad de volver el tiempo atrás.No, definitivamente no existe esa posibilidad." pensó. No había lugar en ella para el perdón, para ni para el remordimiento, ni el arrepentimiento.
"Hacia donde viaja?" Le pregunto el señor que vendía los boletos con una sonrisa que se borró al ver las lágrimas en su cara. Sumergida en sus pensamientos, le pareció bastante patético verlo sonreirle tan amablemente en su cara, como burlándose de su situación.
"A..." El nudo en su garganta, la tomo casi tan de sorpresa como lo ocurrido, simplemente no pudo hablar. El recuerdo la perseguiría para siempre, sin importar a donde se fuera.Pero no había otra opción, se TENIA que ir. "A Baradero, por favor"
"Se encuentra bien señora?" Pregunto el señor, como si la lastima de un desconosido la ayudara a reponerse de los hechos.Simplemente patético.Sin responderle, quizás por no poder hablar, o por cortesía de no mandarlo por donde vino, continuo con su plan de escape.
Tomó los boletos y  subió al micro.

Dueño NO vende

Se sentía el escudo de lo que alguna vez había sido una mujer débil e indefensa. Se sentía completamente dueño de cada rincón de su cuerpo y alma. No podía siquiera imaginarla besando a otro, la simple idea le parecía estúpida  ¿por que buscaría en otros lo que tiene en casa? En algunas ocasiones sus celos le impedían pensar claramente, quizás por inseguridad, quizás por demencia. Veía señales de infidelidad en cada momento. No podía soportarlo, ¿como podría cambiar a una persona que tiene todo para ofrecer por una simple aventura? Era insoportable la idea de que su posesión, su más valiosa posesión se estuviera yendo. No podía tolerarlo. Conversaciones secretas, llamadas, mentiras. No era posible, que otro hombre disfrutara de SU tesoro. Tenía que ser todo una mala broma de su inconsciente ¿Quien podría ser tan infeliz de tomar lo ajeno y disfrutarlo bajo su nariz?