Una vez sentada en el asiento número 21V del micro. Su cerebro se paralizó, simplemente no podía unir los hechos, las cosas no tenían mucho sentido para ella en ese momento. Mezcla de temor, odio, confusión, sorpresa, traición, eran muchas emociones para una sola persona. Demasiadas. No podía darse cuenta de las circunstancias, o no quería.
Sintió el dolor que llegaba, sentía la realidad golpearle la puerta. En ese instante de desaparición, en el que sentía miedo por lo que pudiera pasar si la realidad la encontraba sola, y huyendo de su pasado y de ella misma.
El micro llegó. Desesperada, tomo sus cosas y decidió fugarse a la casa de su amiga, Clara. Caminó hacia el departamento de Clara, con sus valijas en las manos. La lluvia la empapó completamente y ella no distinguía ya si eran lágrimas o gotas de lluvia.
Esa noche Clara no estaba en casa, tan conveniente... Pero si, una alacena llena de todo tipo de alcoholes. Tuvo pánico a quedarse quieta y sentirse sola, por que sabía que la realidad estaba llegando, esa realidad que la venía persiguiendo hace casi 24 horas, perversamente ansiosa de zambullirse en su mente.
Pensó que si la realidad decidía golpearla, iba a estar preparada: tomo una botella transparente con la etiqueta de "Vodka", sin tener una real noción de lo que hacía. Pero antes de poder tomar una gota, la realidad la golpeó en la cara, y la golpeó fuerte, la golpeo tan fuerte como nunca nadie, ni su padre, lo había hecho.
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