Y de repente, como si nada, otra vez ese sentimiento me invadió. Pero como -frename un toque-, no habíamos superado esto ya? Que injusto es volver a abrir este cajón. Pero que era? No, definitivamente aburrimiento no era, aunque no me quejaría si así lo fuera, ya que se supera simplemente poniendo la cabeza en un lugar mas interesante. Aburrimiento no era, pero se siente como si algo, algo, algo hubiera regresado. Algo que ya había asumido que estaba enterrado y me fastidiaba demasiado que regresara. Soledad. Ausencia. Vació. Ponele el nombre que quieras Cecilia, sigue teniendo el mismo sabor a mierda. Pero no fue hasta me encontré realmente sola en el afuera, quiero decir literalmente sola, que me di cuenta lo sola que estaba en el adentro. Que imbécil que soy, uno se alimenta de sentimientos felices y perfectos pero completamente efimeros, y cuanto pueden durar? Cuanto tiempo pasa hasta que caemos en la cuenta que con lo que vivimos diariamente es simplemente un estilo de supervivencia y que no es para nada a largo plazo. Que sentimiento pelotudo, es como si tuviera mucho de todo - mucho tiempo, mucha gente, muchas distracciones, mucho amor - y en realidad no tuviera nada. Otra vez me encuentro mas consiente de lo que no tengo que de lo que tengo. Así como yo lo veo Cecilia, ese mar tan vació como aplastante te alcanzó otra vez y te arrastro hasta el con mas fuerza.
Hasta que no subí la foto, no relacione lo del mar con Disney. En fin la foto no habla de la historia de La Sirenita ni del "Bajo el mar" donde ella vive, así que no cambia nada (por ser solo una foto representativa de una situación externa y ajena) que la deje.
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Y ahí iba yo, llegando ya a donde tenía que ir esa noche (digo tenía por que verdaderamente encontraba tantas razones para no ir y me había tirado atrás tantas veces, que me termine auto-obligadando a ir). Una vez más completamente ilusionada, con el estomago hecho un nudo pensando en el "Quizás" y en "lo genial que sería si..": Otra vez ruborizándome a cada instante y con mi clásico pensamiento (ya rutinal en mi) de "No sueñes demasiado", acompañado de tantas inseguridades. Ya llegando a mi temido destino (que resulto ser más corto de lo previsto - razón por la cual el torbellino en mi cabeza aumentó notablemente). Sentí una pequeña chispa de "Quizás" apagada rápidamente con un baldaso frió de "no tendría que haber venido", quien diría que esto podía a llegar a afectarme tanto eh? En fin, respire hondo,hondo, y bajé del auto de mi amiga, descendiendo del lado contrario a la multitud de gente que se encontraba afuera. Dudé. Temblé. Saludé. 
