
No se trata de perdonar u olvidar, ese no es mi trabajo. Se trata de que vos mires adentro tuyo y veas una mancha, algo oscuro, sucio, molesto y que no quieras ahí. Se trata de que cuando lo encuentres, para remover la mancha puedas decir: "Yo me equivoque, lo admito". El primer paso es admitirlo, suena más fácil de lo que parece. Admitir nuestros errores es abrirle la puerta a nuestros demonios personales, pero también es la vía de acceso al segundo paso.
Este consiste en decir "yo me perdono", ¿Para qué queres perdón ajeno si no te podes perdonar vos misma?. (Lo que nos llevaría a la pregunta del millón: quiero que me perdonen? Pero eso es historia aparte).
Bastaría con pronunciar, susurrar, murmurar un "perdón". Pero en serio sentirlo (No sirve de removedor de manchas decirlo por decir). Y ahí, justo en ese momento, vas a saber que yo ya te perdoné hace un tiempo.